Dr. Ángel Lockward
La decisión de la JCE de posponer la fecha de las elecciones convocadas por el artículo 209 de la Constitución tendrá un amplio respaldo, no obstante ser evidentemente inconstitucional debido a que los partidos, que debieron promover una modificación – transitoria - al texto, no son capaces de llegar a acuerdos políticos patrióticos y, el motivo del aplazamiento, es real: Los legisladores aún pueden corregirlo aprobando una modificación al indicado artículo constitucional.
El país está huérfano de actos de patriotismo, de grandeza política y de sentido de la historia, son la rebatiña mezquina y la desinformación, las que imponen las reglas; por ejemplo, no es cierto que se hayan suspendido 24 elecciones presidenciales en el mundo, pero si lo es que aplazadas las primarias en USA, Sanders, quien mantenía posibilidades, generosamente dio paso a Biden para despejar el camino de los demócratas: Aquí nadie pacta ni renuncia o se sacrifica por la República, como hizo en el 2000, el desparecido PRSC lo hizo en el 2000 con Read Cabral a la cabeza y Jacobo Majluta, en 1986.
Tenemos 27 partidos, 22 de ellos no suman 3% de la intención de votos. Solo dos están en competencia y tan distante – 52% a 24% -, como que el que figura primero tiene más de dos votos por cada uno del que le sigue: El resto solo está para hacer ruidos y entorpecer a la democracia de cuya bondad, abusan.
El país apaleado por el coronavirus necesita un gran acuerdo político para relanzar la República y, no parece que ello vaya a ocurrir, ni siquiera en su posibilidad más sencilla: Que haya un Acuerdo de Coalición de la Oposición y otro de los gobiernistas para que desde hoy sea claro, que no hay segunda vuelta, que de todas formas, posiblemente no haya.
El más llamado a hacer historia es Leonel, quien siendo ya parte esencial de ella, por un lado conserva un caudal de simpatías que definiría el panorama a favor de Luis, quien debía proponerle un Gobierno de Coalición, si a la Fuerza del Pueblo le interesara ser parte, aunque su líder está llamado a constituirse en Oposición del PRM para capitalizar el 2024, que es su fecha probable de retorno ante el descalabro evidente – adicional - que sufrirá el PLD a partir de agosto, pero nada de eso sucede porque en el ala del PRM hay quienes, tan santos como Mateo el publicano, ven con ojeriza a los leonelistas - son los hijos políticos de quienes con sus consejos le impidieron a Peña Gómez llegar a Presidente - y por el otro, hay aliados de Leonel, que quieren lo suyo, ahora…. y creen que si no hay segunda vuelta, no hay nada que negociar.
Por otra parte, Danilo quien no actúa para la historia, sino para el presente, está obligado a mantener el apoyo a su mayor error, Gonzalo, porque no hay de otras: No hay ni sucesores en quienes invertir capital político, esta, controlando el desastre, solamente y, desaprovechó la ocasión, como estadista, de convocar a todos para hacer frente a la crisis desde marzo por lo que pagara solo el costo de la tragedia, que no dejará ganadores.
El aplazamiento de las elecciones de febrero que abonó la contundente derrota del PLD en las elecciones municipales de marzo, generó un ambiente de cambio que el coronavirus, no ha variado, sino que lo congeló: Los dos principales candidatos han procurado mantener la presencia con las limitaciones que la pandemia impone. Luis se mantiene con el favor de la mayoría y Gonzalo, logró que dejaran de mofarse de él y le vieran con más seriedad, Leonel, en esta etapa, ha lucido aéreo, su única propuesta viable y acogida, posponer las elecciones, no le favorece.
Despejado el panorama sobre que “la posposición no implica autoridades de facto a partir del 16 de agosto”, sino una simple modificación en el calendario electoral, la ciudadanía respira más tranquila mientras espera la lenta normalización de las actividades, a partir del 1 de mayo hacia el 5 de julio, fecha en que habría tenido lugar la segunda vuelta electoral, si el 17 de mayo, no había solución ganadora en primera vuelta: Eso si es constitucional.
Pero Luis debe ser humilde y generoso – con Leonel que puede despejarle más el camino - pues nadie gana hasta que ha ganado; incluso extender una rama de olivo a Danilo, pues nadie se retira tranquilo si se siente amenazado.
