El desafío para el escritor y director de The Batman, Matt Reeves: cómo hacer que una figura mítica y totémica de la cultura pop se sienta nueva a una generación muy diferente a la que le dio vida al personaje.
El enfoque de Reeves, al parecer, es la evolución en lugar de la revolución. Las comparaciones con la trilogía de Batman que definió la era de Christopher Nolan son inevitables: comparte el tono serio y neo-noirish de Nolan, y una escena recuerda a The Dark Knight, pero la diferencia con, digamos, Batman Begins es que esto enfáticamente no es un historia de origen. Esta es la historia de un superhéroe aún en sus primeros años, lidiando con la ingenuidad juvenil y lo que realmente significa su identidad enmascarada, buscando su lugar en el mundo.
Entonces, en Robert Pattinson, tenemos un Bruce Wayne muy diferente. Donde Christian Bale y Ben Affleck adoptaron el lado violento y lleno de esteroides del personaje, Pattinson parece un vampiro juvenil, con un tono de piel solo un poco más cálido que en Crepúsculo. La suya es la primera pantalla de Batman en la que se ve por completo con la sombra de ojos necesaria para el disfraz del personaje, que evoca a Robert Smith de The Cure y canaliza la melancolía de Brandon Lee en el cuervo (1994). En el traje es metódico y musculoso; fuera de eso, está atormentado por la inseguridad y la duda. La música de 'Something In The Way' de Nirvana lo confirma: esto es un bat….gótico…. o emo, como le llaman ahora.
Como una nueva dirección, tiene mucho sentido para el más inquietante de los superhéroes. Y aunque la falta de humor a veces coquetea con la parodia, el estado de ánimo se justifica por un chico malo creíblemente oscuro. En una galería de villanos atiborrada (atención especial a la instantáneamente carismática Catwoman de Zoë Kravitz y al desconcertantemente convincente pingüino de Colin Farrell), este es el espectáculo de Riddler, anclado por una escalofriante actuación de Paul Dano. El es el miedo de los que sienten que tienen que ser escuchados por una mayoría apática y piensan que destruyendo el viejo mundo sin crear uno nuevo puede existir algo distinto al caos.
Adoptando por completo la reputación de los cómics de "detective más grande del mundo Reeves desarrolla las cosas como un thriller retorcido al estilo de David Fincher. (Algunas de las pistas de Riddler podrían haber sido arrancadas de las páginas del Asesino del zodiaco o seven). Ocasionalmente, la complejidad de la trama te hará sentir ese tiempo de ejecución de casi tres horas, pero nunca es aburrida, la narrativa impulsada por una serie de espeluznantes enigmas a través de la sórdida parte inferior de Gotham.
Lo que también llamará tu atención es lo hermosa que se ve esa parte inferior del vientre de una ciudad nacida de los comics de pulpa e historias de detectives.
Trabajando con su director de fotografía Greig Fraser, Reeves ha realizado quizás la mejor realización cinematográfica de Gotham hasta el momento; caminando por una cuerda floja cuidadosa entre el realismo arenoso y la pulpa realzada (mucho neón, mucha lluvia) sin nunca exagerar sus manos. El resultado es un arte cinematográfico notable, de un nivel que rara vez se ve en los éxitos de taquilla modernos. La partitura brillante y minimalista de Michael Giacchino completa el efecto, basándose en el trabajo enormemente efectivo de Hans Zimmer: evolución, entonces, en lugar de revolución.
La llegada de Matt Reeves una versión neo-noir apasionante, bellamente filmada, de un personaje antiguo. Aunque no es una remodelación totalmente radical de la era de Nolan/Snyder, establece una Ciudad Gótica a la que desearíamos volver a visitarla pronto.
4/5 Acción, thriller
Angel Lockward Cruz
