El fin de semana tuve un retro con algo que me pasó hace muchos años con un cambio que hicieron las Águilas Cibaeñas.
La mayoría de fanáticos aguiluchos querían que Rafael Furcal jugara con el equipo, pero era de los Leones del Escogido.
Entonces, las Águilas hicieron un cambio para obtener a Furcal por el también liniero Wily Mo Peña.
Cuando llegué a la casa le dije a mi hijo Joan Daniel que Furcal venía para las Águilas y se le iluminaron los ojos.
Luego vino la pregunta, ¿por quién? Cuando le dije por Wily Mo se entristeció y me dijo, “no podía ser por otro”.
Cuando el viernes por la noche me enteré que las Águilas cambiaron a Wilín Rosario por Junior Fernández, me hice la misma pregunta, ¿no podía ser por otro?
No niego que Wilín como jugador y persona me cae bien, incluso el torneo pasado escribí que él tenía que estar diario en la alineación.
El equipo mejoró cuando llegó Félix Fermín a dirigir y Wilín estaba diario en el line up amarillo.
No es que soy fanático ni seguidor de Wilín, como tampoco lo soy de ningún hombre en la tierra, el pertenece a un círculo que admiro como ser humano.
Como admiro a Albert Pujols, Nelson Cruz, José Reyes, Edwin Encarnación y algunos más, sin llegar al fanatismo y muchos menos a discutir.
