El COVID-19 ha puesto al mundo de rodillas.
Todo ha cambiado ante nuestros ojos de un día para otro.
Los dueños de los equipos de fútbol en el mundo no han dejado de debatir en busca de la posibilidad de llevar a cabo esos grandes campeonatos que desatan verdaderas pasiones, pero que a la vez dinamizan la economía. El COVID ha puesto sobre el tapete »una papa caliente» para todo el mundo y sólo quienes tengan la capacidad de planificar y prever en el camino, podrán salir airosos de esta piedra que ha dificultado el andar. He insistido en esa idea en todas las entregas anteriores.
Sólo basta con leer los cables internaciones y observar la gran lucha que han librado la MLB y la Federación de Peloteros, buscando acuerdos flexibles y halando la soga hasta donde se pueda para que las negociaciones sean fructíferas y salvar la temporada con acuerdos inteligentes. Cuando se lance la primera bola en las Grandes Ligas esta temporada, habrá que decir que fue obra de una buena estrategia, sentido común y un gran trabajo en equipo.
He dedicado estas entregas a nuestro béisbol invernal, pues sé que hay cientos de campeonatos en todo el mundo que están en riesgo de suspenderse. Así está ocurriendo en el tenis, la NFL y ya tenemos la información oficial de que el Clásico Mundial de Béisbol será pospuesto para el 2023 o el 2025. Esa es la realidad.
La pelota de aquí
Creo haber sido lo suficientemente claro en mis tres pasadas entregas: el Torneo de Béisbol Dominicano está en un hilo. La República Dominicana no escapa a la crisis mundial que ha generado la pandemia del COVID 19. Es cierto, estoy optimista, y estoy convencido de que se puede montar el evento, pero todo va a depender, insisto, en la unidad que exhiban la Liga de béisbol y su presidente, Vitelio Mejía, la Federación de Peloteros, con Erick Almonte a la cabeza y todos los dueños y directivos de los equipos.
Nuevas autoridades
Hay algo que no podemos dejar a un lado y que favorece la celebración de la temporada 2020-2021 y es que va resultar muy duro que las nuevas autoridades que surjan electas, la Liga de Béisbol, la Federación de Peloteros y los presidentes de los equipos, les digan a millones de dominicanos que no van a tener béisbol y más cuando se necesita alguna terapia que alivie los traumas que dejará el coronavirus.
A los dominicanos les gusta su béisbol.
En definitiva: son muchas las piezas que hay que armar para que el torneo sea una realidad y resulte exitoso. Ahora más que nunca los dominicanos necesita de su béisbol.
