Lino Rivera está rodeado de lugares y ambientes bien conocidos.
El puertorriqueño, manager de los campeones Toros del Este en la Liga Dominicana, llegó al partido del domingo ante los Cardenales de Lara con 52 victorias entre la temporada invernal en Quisqueya y el primer triunfo de los “taurinos” en el Clásico Caribeño.
Ha dirigido en su tierra natal, en México y en la República Dominicana, donde lleva dos campeonatos en los últimos tres años como piloto (el primero fue con las Águilas Cibaeñas en el 2017-18).
“Es un sueño”, dijo Rivera, de 53 años de edad, sobre dirigir en la Serie del Caribe en la isla que lo vio nacer. “Creo que hay mucha gente apoyándome. Los peloteros estuvieron diciendo que estaban contentos por mí”.
“Estar ante Puerto Rico, y ante un equipo que me ha dado en los últimos años el corazón, como República Dominicana, y estar aquí... hacía tiempo que no dirigía en el Bithorn”, agregó emocionado Rivera al periódico El Nuevo Día.
La última vez que Rivera dirigió en la isla, en la campaña 2014-2015, llegó a la final con los Indios de Mayagüez pero cayó en seis juegos ante los Cangrejeros de Santurce.
Aunque sus jugadores reconocen que para Rivera hay sentimientos mixtos por estar dirigiendo a los dominicanos en su país, el piloto dijo que ellos están claros de su compromiso con los Toros, y quieren reciprocarle su entrega ayudándolo a coronarse en su tierra.
“Ellos saben y me están apoyando. Saben lo que significa para mí representar a República Dominicana y estar en mi casa. Saben lo apasionado que soy de este deporte, y que yo lo que quiero es ganar. Ellos están comprometidos conmigo, y yo creo que más que con la misma República Dominicana”, dijo el exlanzador.
Sobre el encuentro en que le tocará enfrentar a los Cangrejeros el miércoles Rivera anticipó que espera abrir con el cubano Raúl Valdés.
