Al hacer el ejercicio de trazarnos la lista de metas, dando prioridad a las que consideramos deben ser trabajadas en primer orden y dejando para el final las que no nos resultan urgentes. Entramos en una dinámica para determinar los lineamientos del plan de trabajo para la concretización de estas tareas que nos llevarán a alcanzar esas metas. En primer orden, la lista guardará íntima relación con lo que deseamos trabajar, entra aquí el elemento intencional, lo que de manera espontánea nos mueve a realizar lo necesario para obtener los resultados esperados.
Un elemento importante es la fuerza de voluntad, la motivación interna que nos lleva a mantenernos trabajando cada día en la consecución de los objetivos, obviando los obstáculos y rediseñando la estrategia. Lo que muchos llaman “el deseo” de conseguir lo propuesto es más bien la perseverancia en distintos matices. Esa fuerza interior que nos invita a modificar la ruta más no el lugar de destino. Mantener el tanque lleno de este “combustible” nos permite avanzar de manera constante, independientemente de las constantes situaciones y variantes que surjan ante plan original.
De lo que hablamos ahora no es de un salto al vacío, todo lo contrario, es de ajustar las velas de tu barco, revisar el tiempo y salir, ejecutar la ley de la navegación de John Maxwell, evaluar todos los elementos que debes trabajar o tocar y poner el plan en ejecución. La lista de metas requiere de la ejecución de una serie de esfuerzos, trabajo arduo y constante. La única forma de alcanzar los objetivos es ir conquistando paso a paso los hitos del plan hasta que la sumatoria de pasos te otorgue la carrera. Tal cual los “runners” (corredores) se preparan para cada reto, cada ruta, cada fondo, cada competencia es un hito que genera a su vez satisfacción personal. El corredor de 30 kilómetros no se hace en un día, cada día se prepara, entrena, se alimenta adecuadamente, avanza con el paso del tiempo hasta lograr constancia, consistencia, resistencia y fortalezas.
Otro aspecto importante es la perseverancia, muchas veces pensamos que porque otros tuvieron mayores o mejores oportunidades el éxito se encuentra reservado únicamente para ellos. Nada más alejado de la realidad, muchas veces en los que menores oportunidades tuvieron surgieron las grandes oportunidades para el éxito. Es común escuchar la frase que reza “quien persevera triunfa”, la cual por si sola no hace diferencia, ahora bien, si vemos la impactante historia de un ser humano como Nick Vujicic, sin brazos ni piernas, entenderemos que, no se trata ni siquiera de oportunidades o de limitaciones físicas, la perseverancia va más allá de lo que damos por sentado y que usualmente no agradecemos. Así mismo, muchos científicos fracasaron antes de descubrir el método correcto y los más optimistas se felicitaban diciendo, he detectado antes todas las formas en las cuales no resulta el experimento y al perseverar obtuvieron el resultado esperado.
El factor común para romper con la estática y avanzar en el listado de objetivos va a estar determinado por el nivel de enfoque que apliquemos al logro de estos. Por distintas razones, la motivación puede cesar en algún momento, más, si el nivel de enfoque es el correcto, seguiremos trabajando en la visión con la disciplina requerida para alcanzar los objetivos o sueños que plasmamos en aquel “dream board” (mapa de sueños) cuando iniciamos el listado de metas. El enfoque en lenguaje castellano se encuentra vinculado a la concentración, haces referencia a la acción. En derecho existe una máxima que reza de la manera siguiente: “la acción es la medida del interés”. Quiere decir esto, que, a mayor interés, mejor enfoque, por tanto mayor esfuerzo y acción ejecutarás sobre lo que deseas alcanzar. Acciones de manera proactiva, no reactiva y alcancemos el mapa de sueños que nos hemos propuesto.
Diomandy Castillo
