Cuando Ben Bernake ganó el premio nobel de economía en el 2022 junto a dos economistas todo el mundo se quejó de que quizás no fueron justos y aunque era importante su trabajo sobre los bancos y su importancia en la economía Estos hallazgos han demostrado repetidamente ser relevantes para las políticas del mundo real, y los banqueros centrales aprovecharon sus lecciones en 2008 durante la crisis financiera y en 2020, cuando los mercados se paralizaron al comienzo de la pandemia. Entre esos formuladores de políticas se encontraba Bernanke, quien fue presidente de la Reserva Federal de 2006 a 2014, quienes han ayudado a remodelar la forma en que el mundo entiende la relación entre los bancos y las crisis financieras. El trabajo por el cual fue tomado en consideración fue escrito en el 1983.
Pero esta vez Claudia Goldin fue la ganadora y debo admitir que su trabajo es inspirador, profesora de Harvard, ya que tenemos un mapeo de cómo y porque las mujeres pueden ser marginadas en la fuerza laboral. Es la tercera mujer que gana el Nobel de Economía, concedido por primera vez en 1969, y la primera en recibirlo en solitario en lugar de compartir el premio. (debido a la inflación el premio en coronas suecas es 10% menor que el año pasado, irónico, ¿no crees?
¿Por qué recibió el premio?
El comité Nobel anunció el premio en Estocolmo y elogió a la Dra. Goldin por su investigación sobre el empleo femenino, que demostró que el empleo entre las mujeres casadas disminuyó en el siglo XIX, a medida que la economía se alejaba de la agricultura y se acercaba a la industria (más trabajo de producción por unidades significa que aquellos que pudieran trabajar más horas y de forma más intensa producían más, deben tomar en consideración que durante la revolución industrial los niños eran parte de la fuerza laboral) . La participación de las mujeres aumentó en el siglo XX, cuando el sector de servicios comenzó a expandirse como parte de la economía, menos trabajo físico más trabajo mental.
Su análisis inicia en el 1800, su mapeo tomo 15 años y descubrió factores clave de las diferencias de género en el mercado laboral. La Dra. Goldin ha descrito la década de 1970 como un período “revolucionario” en el que las mujeres en países desarrollados comenzaron a casarse más tarde, avanzaron en la educación superior y lograron avances importantes en el mercado laboral. Las píldoras anticonceptivas se volvieron más fácilmente disponibles en esos años, eliminando lo que el Dr. Goldin ha llamado una razón “potente” para el matrimonio prematuro y dando a las mujeres más tiempo para formar identidades fuera del hogar, esto también coincide con menores tasas de natalidad que tiene su propio efecto sobre el gasto público y las pensiones.
La Dra. Goldin también ha ilustrado cómo el proceso de cerrar la brecha salarial de género ha sido desigual a lo largo de la historia. Recientemente, el progreso para cerrarlo se ha estancado: hoy, las mujeres ganan un poco más de 80 centavos por cada dólar que gana un hombre, pero en los países desarrollados ganan mas por lo que muchas políticas publicas deben ser analizadas de acuerdo con el nivel de desarrollo humano de cada país.
Las mujeres están muy subrepresentadas en el mercado laboral mundial y, cuando trabajan, ganan menos que los hombres, pero la pregunta es ¿Por qué? Claudia Goldin ha rastreado los archivos y recopilado más de 200 años de datos de Estados Unidos, lo que le ha permitido demostrar cómo y por qué las diferencias de género en los ingresos y las tasas de empleo han cambiado con el tiempo.
Goldin demostró que la participación femenina en el mercado laboral no tuvo una tendencia ascendente durante todo este período, sino que forma una curva en forma de U. La participación de las mujeres casadas disminuyó con la transición de una sociedad agraria a una industrial a principios del siglo XIX, pero luego comenzó a aumentar con el crecimiento del sector de servicios a principios del siglo XX (las guerras mundiales también tuvieron un poderoso efecto de substitución en las industrias ya que la producción no se cayó increíblemente). Goldin explicó este patrón como resultado del cambio estructural y la evolución de las normas sociales con respecto a las responsabilidades de las mujeres en el hogar y la familia. El exceso de responsabilidades en la casa afecta negativamente la producción y el animo de la mujer en el mercado laboral (por ejemplo, un fregadero sucio es molesto pero tolerable en un hombre, pero nunca en una mujer)
Durante el siglo XX, los niveles de educación de las mujeres aumentaron continuamente y en la mayoría de los países de altos ingresos ahora son sustancialmente más altos que los de los hombres. A pesar de la modernización, el crecimiento económico y el aumento de la proporción de mujeres empleadas en el siglo XX, durante un largo período la brecha de ingresos entre mujeres y hombres apenas se cerró. Según Goldin, parte de la explicación es que las decisiones educativas, que afectan las oportunidades profesionales de toda una vida, se toman a una edad relativamente joven. Si las expectativas de las mujeres jóvenes están formadas por las experiencias de generaciones anteriores (por ejemplo, sus madres, que no volvieron a trabajar hasta que sus hijos crecieron), entonces el desarrollo será lento, las mujeres toman trabajos en muchos casos por debajo de su capacidad real debido al miedo (real) de ser substituidas a la hora de enfermedad, hijos e inclusive matrimonio.
Históricamente, gran parte de la brecha de género en los ingresos podría explicarse por diferencias en la educación y las opciones ocupacionales. Sin embargo, Goldin ha demostrado que la mayor parte de esta diferencia de ingresos se da ahora entre hombres y mujeres en la misma ocupación, y que surge en gran medida con el nacimiento del primer hijo que afecta en muchos casos los prospectos profesionales de las mujeres. “Vemos un residuo de historia a nuestro alrededor”, dijo, explicando que las estructuras sociales y familiares en las que crecen mujeres y hombres dan forma a su comportamiento y resultados económicos. “Nunca tendremos igualdad de género hasta que también tengamos equidad de pareja”, dijo. Si bien ha habido “cambios progresivos monumentales, al mismo tiempo hay diferencias importantes”... pero hoy todos somos menos ignorantes.
Angel Gilberto Lockward Cruz
